Durante esta clase finalizamos el estudio y diseño del oscilador de 27MHz.
Retomamos el final de la sesión anterior, continuando con la descripción del diseño de un oscilador, llegando finalmente al montaje definitivo que usaremos en nuestro emisor en banda ciudadana.
La idea más importante de la parte teórica de la clase fue que debido al comportamiento inductivo del cristal de cuarzo entre su frecuencia serie y su frecuencia paralelo (a la que se comporta como cortocircuito y a la que se comporta como circuito abierto, respectivamente) podemos sustituir la inductancia del circuito (no la del autotransformador) por uno de estos cristales.
Esto es posible debido a que en el intervalo de frecuencias que va de la serie a la paralela, la inductancia equivalente del cristal adquiere todos los valores posibles; de esta forma, si la resonancia del circuito se produce en una frecuencia contenida en dicho intervalo (que es especialmente estrecho, a lo sumo unos pocos centenares de hercios), no nos hará falta colocar una bobina.
Justo después de concluir la explicación de nuestro diseño final del oscilador, pasamos al laboratorio para montarlo y visualizar el espectro de la salida con la ayuda del analizador de espectro.
Como particularidad, destacar que cuando estábamos realizando las primeras medidas, vimos que el armónico principal se encontraba en 45MHz (el 5º sobretono de nuestro cristal, cuyo tono fundamental se halla en 9MHz, siendo el que nos interesa el tercero, de 27MHz), de manera que tuvimos que recurrir al condensador variable, ajustándolo hasta que el armónico fundamental apareciese a 27MHz (desapareciendo el de 45MHz, no desplazándose, debido al funcionamiento del cristal).
De vuelta al aula, se empezó a introducir la incorporación de información a la portadora, el tono que sale del oscilador que hemos estado estudiando, nombrando el mezclador, y dando una breve introducción al funcionamiento del interruptor automático encargado de realizar la modulación ON-OFF (presencia/ausencia de portadora).
Como añadido, sintonizamos estaciones marítimas griegas, viendo como transmiten en morse tonos de 1kHz (la frecuencia a la que nuestro oído es más sensible).